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Mostrando las entradas de mayo, 2025

La nube triste

  En el rincón más alto del cielo, donde el azul se mezcla con el blanco como si fueran acuarelas, vivía una nube pequeña llamada Nila. No era grande ni esponjosa, como las que todos admiraban. Tampoco tenía forma de dragón, de oveja o de corazón, como las nubes que flotaban con gracia sobre los campos. Nila era más gris que blanca, y además… siempre tenía ganas de llorar. Cada vez que se miraba reflejada en el lago, suspiraba: —¿Por qué no puedo ser brillante como el sol? ¿Por qué mi forma no hace reír a los niños? ¿Por qué lloro tanto? Las otras nubes, sin querer, la hacían sentir peor. —¡Otra vez estás húmeda! —le decía Nubia, una nube elegante y orgullosa—. Vas a arruinar el desfile del cielo. Así que Nila decidió apartarse. Flotaba sola, lejos del campo, del mar, de los pueblos. No quería molestar a nadie con su tristeza. Pero algo estaba por cambiar. Durante semanas, el mundo debajo del cielo sufrió un calor extraño. Las flores se marchitaban, los árboles bajaban ...

El conejo que no sabía saltar

  En lo profundo de un bosque lleno de árboles altos y riachuelos cantarines, vivía un pequeño conejo blanco llamado Blas. Era suave como una nube y tenía unas orejas enormes que se movían cuando hablaba. Blas vivía con su abuela, la señora Coneja, en una madriguera cómoda bajo una gran encina. Aunque Blas era simpático, curioso y muy inteligente, había algo que lo hacía sentir diferente: no sabía saltar bien. Cada vez que salía a jugar con los otros conejos del bosque, intentaba seguir sus saltos entre los arbustos, pero siempre se quedaba atrás. Cuando los demás hacían carreras de brincos, él tropezaba. Cuando jugaban a subir por las rocas dando grandes saltos, él apenas podía subir con esfuerzo. —¡Vamos, Blas, salta como nosotros! —le decían, riendo sin malicia, pero sin entender lo mal que se sentía. Una tarde de primavera, el sabio búho Olegario anunció una gran competencia en la plaza del claro central: “La Carrera de los Mil Saltos”. Todos los conejos esperaban con a...